Hola a tod@s, hoy vamos a hablaros del ciclo vegetativo de la vid. La planta con la que el enólogo trata de dimensionar una tierra, una variedad, de conducir el clima y transmitir una forma de trabajar.
Esto dice el gran Mauricio Wiesenthal sobre los enólogos:
“La persona que se comunica con el vino y que sabe comunicar los secretos del alma del vino. Sólo el enólogo conoce el momento en que un vino cerrado va a abrirse y a comunicar su mensaje. Y, si es un buen enólogo, sabe también cómo guiarlo y conducirlo hasta ese momento feliz en el que vuela solo. El día en que comprendes cuánta civilización y cultura hay en el vino, tienes ya la vocación de enólogo.”
Pues para llegar a tales niveles, la vid recorre todo un ciclo vital en la que el enólogo la visitará, supervisará, guiará y al fin y al cabo la cuidará con toda delicadeza. Como decimos, a lo largo de todo un año y en orden constante, la vid experimentará una serie de procesos y fases que dan lugar a la uva final que el enólogo trabajará para convertirla en ese vino tan deseado.
En el hemisferio boreal (norte), los brotes comienzan su crecimiento a principios de la primavera (marzo/abril), concluyendo su ciclo vegetativo en el otoño (octubre/ noviembre). En cambio en el hemisferio austral las fechas se alteran brotando la viña en otoño (septiembre/octubre) y terminando su ciclo vegetativo en primavera (abril/mayo).
Por lo tanto, las fases por las que discurre el ciclo de la vid son variadas. A continuación, vamos a explicaros brevemente cada una de ellas:
Desborre o lloro:
A finales del invierno y principios de la primavera comienza la primera actividad después de la parada vegetativa de todo el invierno. Cuando la temperatura empieza a subir por encima de los 10ºC aparece el lloro que mana (el agua y los minerales) a modo de lágrimas por los cortes de la poda durante el invierno.
Las yemas de la planta comienzan a henchir, formando una borra que contiene toda la información cromosómica, es en este momento cuando se inicia el comienzo de la actividad de la planta.
Brotación:
Consideraremos esta etapa como la fase primaria donde comienza el nacimiento de la vid coincidiendo con el inicio de la primavera (marzo). La actividad radicular empieza a manifestarse, movilizando la savia a las yemas para después alcanzar el nudo y los entrenudos, para poco a poco ver el brote verde de las hojas.
El desarrollo será más rápido dependiendo del número de horas de insolación de la disponibilidad de agua de la planta.
Foliación:
En los meses de abril y mayo comienzan a aparecer las primeras hojas de la vid, momento fundamental para la planta. Se forman las moléculas de los azúcares y ácidos en las hojas de la vid, lo que supeditará el sabor de la uva y por tanto del vino.
Floración:
A medida que avanza la primavera (mayo/junio) llega la floración de la vid. A partir del brote desarrolla órganos vegetativos y los embriones de las flores que darán lugar a los granos de las uvas que formarán los racimos.
Al principio serán pequeñas bayas con forma y tamaño de guisante. La floración se produce en pleno mes de junio. Las preciosas flores blancas se van abriendo esperando a ser polinizadas por el viento y los insectos.
El crecimiento se produce en longitud y grosor, la temperatura e insolación tienen una influencia muy importante en el correcto desarrollo de esta fase. La floración de la vid marcará el inicio de la vendimia y el volumen de la cosecha.
Por lo que, hay que proteger en la medida de lo posible de la lluvia y asegurarnos de que le llegue el suficiente sol para que la vid se alimente y pueda crecer.
Cuajado:
La siguiente fase se desarrolla hacia finales de junio y principios de julio, las flores comienzan a dar sus pequeños frutos, bayas que surgen de un color muy verde debido a la alta carga de saturación de la clorofila.
A partir de aquí, la planta comienza a trabajar para el fruto que poco a poco irá creciendo. Se va limpiando la vid podándola de vástagos, tallos nuevos que nacen al píe de la cepa. Y si se considera que la vid está muy cargada se realiza la poda en verde o aclareo, que es la eliminación de los racimos jóvenes para limitar rendimientos.
Envero y maduración:
A lo largo del verano el grano tipo guisante va aumentando continuamente de tamaño, y posteriormente cambia de color hasta llegar a su tonalidad final (envero). En las uvas blancas va pasando de un color verde a amarillento, y en las tintas van pasando a un tono rosado que poco a poco irán a amoratándose.
Es muy importante esta fase, que dura 15 días, ya que se produce el agostamiento, los tallos herbáceos pasan a leñosos. Además, se suele realizar otro aclareo para igualar el nivel de maduración de cara a la vendimia.
La maduración se desarrolla de los meses de agosto al momento de la vendimia en septiembre/octubre. La uva va perdiendo el exceso de acidez que tenía hasta ese momento y va acumulando cada vez más azúcares, hasta adquirir un sabor más dulce. Esto se debe a que durante la fotosíntesis los ácidos de las hojas disminuyen y aumenta el contenido en azúcares.
Vendimia:
Es el momento culmen, todo un año de trabajo y esfuerzo se concentra en este periodo. En este momento es el enólogo de la bodega quien decide el momento propicio para efectuar la recolección.
Esta decisión se acompaña mediante un seguimiento exhaustivo de la evolución de los frutos y a una serie de análisis técnicos, catas y pruebas de laboratorio que indican el punto óptimo de maduración de la uva. Con unas concentraciones de azúcar, ácidos, taninos y una serie de componentes naturales que determinan las singularidades del vino una vez finalizada la elaboración: la serie aromática, su graduación alcohólica, el nivel de estructura y cuerpo, color, frescura…
También este proceso de maduración dependerá de la variedad de uva a vendimiar, el clima de la región, las condiciones meteorológicas de ese año, la situación geográfica de los viñedos, la influencia de las precipitaciones, la exposición al sol, la temperatura, el terruño, el tipo de vino que se quiera elaborar entre otras variables.
Parada vegetativa:
Entre uno y dos meses después de la vendimia las condiciones climáticas, la temperatura decrece notablemente, por lo que las actividades de la planta cesan y se ralentiza la absorción de nutrientes por parte de las raíces.
Este proceso de letargo, en el cual las hojas pasan a tener un color amarillento o enrojecido y por el cual caen las hojas se denomina parada vegetativa o dormancia. Completando así el ciclo anual de la vid, el cual se alarga durante lo que resta de otoño y todo el invierno.
Se podría indicar que la planta descansa y duerme desde noviembre hasta marzo. Durante los meses de enero y febrero se poda y se limpian todos los sarmientos antes de que se inicie el ciclo una vez más.